Críticas y halagos durante la campaña, un efusivo abrazo al llegar al poder y un abrupto despido cuatro meses después, son pruebas de la relación desconcertante, llena de altibajos y profundamente vinculada a las ambiciones políticas del presidente de EE. UU., Donald Trump, con el exdirector del FBI, James Comey.
Source: ntn24